¿Sabías que hoy muchos negocios ya no se enfocan solo en vender, sino también en aportar valor positivo a la sociedad? Ese es el espíritu del emprendimiento social: generar impacto real en la comunidad y al mismo tiempo construir una empresa rentable.

      En Chile, este modelo está creciendo con fuerza y abre una oportunidad para emprendedores que buscan diferenciarse con propósito. 

      Aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobre el emprendimiento social.

      ¿Qué es el Emprendimiento Social?

      El emprendimiento social es una modalidad de negocio que va más allá del objetivo tradicional de maximizar beneficios económicos; busca generar un impacto positivo y sostenible en la sociedad y el medio ambiente.

      Este tipo de emprendimiento se enfoca en identificar y resolver problemáticas sociales y ambientales mediante soluciones innovadoras que contribuyan a la mejora de la calidad de vida de las personas y al desarrollo de las comunidades.

      Según cifras del sector, hay entre 10 y 11 millones de empresas sociales en el mundo, aportando aproximadamente USD 2 billones anuales y generando decenas de millones de empleos.

      Estos proyectos pueden abarcar desde iniciativas que promueven la inclusión social, la educación y la salud, hasta modelos de negocio que fomentan la sostenibilidad ambiental y la reducción del cambio climático.

      A diferencia de los negocios convencionales, el emprendimiento social no se centra únicamente en el lucro, sino que reinvierte sus beneficios para ampliar su impacto y alcanzar sus fines sociales.

      Además, suele operar en colaboración con organizaciones no gubernamentales (ONG), gobiernos y otras entidades, creando una red de apoyo que fortalece su alcance y efectividad.

      En el mundo actual, donde los desafíos sociales y ambientales son cada vez más complejos, el emprendimiento social se presenta como una alternativa viable y necesaria para impulsar el cambio.

      A nivel global, existen múltiples ejemplos de emprendedores sociales que han logrado transformar realidades y mejorar vidas, demostrando que es posible combinar la innovación, el modelo de negocio y la responsabilidad social para generar beneficios tanto económicos como sociales.

      El impacto positivo del emprendimiento social en la comunidad

      El emprendimiento social tiene un papel fundamental en la generación de cambios positivos dentro de las comunidades. 

      A través de la creación de empleo, la mejora de la calidad de vida y la promoción del desarrollo sostenible, estos proyectos abordan problemáticas como la pobreza, la exclusión social y el cambio climático.

      Además, fomentan la inclusión y la diversidad, ofreciendo oportunidades a personas y grupos marginados.

      Para lograr un impacto real, los emprendedores sociales deben comprender las necesidades de la comunidad, actuar con transparencia y responsabilidad, y promover la educación y la conciencia sobre temas sociales y ambientales.

      Características de los emprendedores sociales

      Los emprendedores sociales son personas motivadas por un fuerte compromiso con el bienestar de la comunidad y el medio ambiente.

      Su objetivo principal es generar un impacto positivo a través de soluciones innovadoras que aborden problemáticas sociales y ambientales.

      Poseen habilidades en gestión, marketing y financiamiento, y actúan con ética y responsabilidad social. Además, valoran la colaboración y el trabajo en equipo, trabajando frecuentemente con organizaciones y comunidades para potenciar su alcance y efectividad.

      Beneficios y retos del emprendimiento social

      Ventajas

    • Relevancia para clientes y comunidades: Los consumidores están cada vez más atentos a si lo que compran tiene sentido. Apoyar un emprendimiento social puede generar lealtad y diferenciación en mercados saturados.
    • Atracción de financiamiento especializado: Fondos de impacto (venture capital social, donantes, fundaciones) prefieren proyectos con claridad en medición de impacto. Muchos requisitos de financiamiento público en Chile evalúan el componente social del proyecto.
    • Acceso a redes colaborativas y alianzas público-privadas: Iniciativas exitosas son capaces de atraer socios (municipios, ONGs, universidades, empresas) que suman recursos técnicos, legitimidad y escala.
    • Sostenibilidad a largo plazo: Si tu modelo social depende únicamente de donaciones, puede ser frágil. Integrar una lógica de venta o servicio con propósito le da estabilidad.
    • Impacto real: Al final, lo más gratificante: ver cómo tu empresa genera cambios tangibles, ya sea empleo, inclusión, mejora ambiental o bienestar.
    • Retos

    • Falta de medición rigurosa: Uno de los mayores problemas de los emprendimientos sociales es que no logran cuantificar sus resultados. A veces se miden de forma improvisada o sin indicadores claros. La clave está en definir métricas desde el inicio para demostrar avances y atraer aliados o financiamiento.
    • La doble presión: propósito y rentabilidad: Al emprender con un fin social no solo buscas vender, sino también generar un cambio real. Encontrar el equilibrio entre ambos objetivos no es trivial. Lo recomendable es probar prototipos y ajustar el modelo constantemente hasta lograr estabilidad.
    • Escalabilidad: Muchos proyectos funcionan bien en pequeño, pero se estancan al intentar crecer. Para evitarlo, es necesario diseñar mecanismos replicables que permitan llevar la idea a otros territorios o públicos sin perder eficiencia.
    • Barreras legales y regulatorias: Dependiendo del rubro (salud, educación, reciclaje, etc.), los trámites legales pueden ser un freno. Aquí lo mejor es anticiparse a las normativas, asesorarse y mantener un cumplimiento claro para evitar trabas en el camino.
    • Sostenibilidad financiera: Un emprendimiento social no puede depender únicamente de subvenciones o donaciones. Es fundamental diversificar ingresos y generar una estrategia comercial que le dé estabilidad en el tiempo.
    • Cómo dar los primeros pasos: una ruta práctica

    • Define el problema social que quieres atacar: Sé lo más concreto posible: ¿es desempleo juvenil en una comuna? ¿residuos plásticos? ¿exclusión educativa? Cuanto más claro, más fácil estructurar solución.
    • Haz un diagnóstico local: Conoce el contexto donde operarás: actores existentes, barreras, recursos.
    • Desarrolla una propuesta de valor híbrida: Tu oferta debe combinar un componente comercial (venta de servicio/producto) con el componente de impacto social. Por ejemplo: capacitar digitalmente jóvenes vulnerables y vender cursos a organizaciones.
    • Escoge indicadores de impacto: No basta con “hacer el bien”. Debes medir cuántas personas fueron beneficiadas, en qué grado, cuánto mejoró algún indicador (porcentaje de mejoría, reducción de emisiones, aumento de ingresos). Esto facilita rendiciones de cuentas y mejora continua.
    • Construye alianzas estratégicas: El emprendimiento social no se hace en solitario: busca aliados locales (instituciones públicas, ONG, empresas privadas, entidades internacionales). En muchos casos, gobiernos locales aceptan mecanismos de cofinanciamiento. Además, hoy existen mecanismos colaborativos como el crowdfunding, que permiten financiar proyectos sociales con el apoyo directo de la comunidad.
    • Haz un piloto pequeño y ajusta: Antes de escalar, prueba con un grupo reducido, recoge feedback, aprende, mejora.
    • Escala con estrategia: No expandas sin procesos replicables. Analiza si tu modelo se adapta a nuevas zonas, cambios culturales o clientes distintos.
    • Comunica con transparencia: La confianza es fundamental: reportes de impacto, historias reales, cifras comprobables. Eso construye reputación.
    • Financiamiento para emprendimientos sociales

      El financiamiento es clave para el éxito de los emprendimientos sociales. Estos pueden obtener recursos a través de inversores sociales, donaciones, subvenciones y financiamiento privado.

      Es fundamental que los emprendedores sociales manejen estos recursos con transparencia y responsabilidad, siempre considerando las necesidades de la comunidad.

      Además, colaborar con otras organizaciones y formar redes puede facilitar el acceso a financiamiento y fortalecer el proyecto.

      Cómo integrar el emprendimiento social en empresas tradicionales

      Para una empresa madura sin propósito social explícito, incorporar acciones sociales puede hacerse progresivamente:

    • Crear líneas de productos con impacto (por ejemplo, parte de las ventas van a programas sociales).
    • Lanzar una unidad de negocio social interna (como un spin-off).
    • Establecer un fondo interno de innovación social que apoye proyectos de empleados o comunidades.
    • Formar alianzas con empresas sociales para co-desarrollar productos o servicios.
    • Incluir métricas de impacto en el reporte anual, incluso si no es la actividad principal.
    • Innovación con propósito: el ejemplo de Maxxa

      Un buen ejemplo de cómo la innovación y el emprendimiento social se encuentran en Chile es el caso de ng>Maxxa, reconocida en 2023 por la revista británica International Finance como la solución de inclusión financiera más innovadora del mundo.

      La fintech creó el Termómetro Financiero, una herramienta gratuita y online que consolida automáticamente la información de la pyme disponible en el SII.

      En un país donde solo en 2022 1.038 empresas se declararon en quiebra y el 70 % correspondían a pymes de acuerdo a datos de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, contar con información clara y accesible marca la diferencia.

      Ese aporte no solo ayuda a la sostenibilidad financiera, sino que también conecta directamente con la esencia del emprendimiento social: generar un impacto positivo y concreto en el ecosistema de pequeñas y medianas empresas.