Cuando una empresa realiza una venta a crédito, lo más habitual es que espere recuperar ese dinero en los plazos pactados. Sin embargo, en la práctica muchas veces esto no ocurre. Ya sea por problemas de liquidez del cliente, quiebras o simplemente evasión, algunas deudas se vuelven imposibles de cobrar. En estas circunstancias, es posible obtener el certificado de incobrabilidad.

Este documento permite acreditar que una deuda no ha podido ser recuperada, y por tanto, puede ser deducida como gasto en el impuesto a la renta.

Pero obtenerlo no es tan simple como declarar que un cliente no pagó: existen requisitos, etapas y ciertas formalidades que debes cumplir ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) para que sea válido como respaldo contable y tributario.

En este artículo te explicamos, paso a paso, qué es el certificado, para qué sirve, cuáles son las condiciones que exige el SII y cómo puedes iniciar el procedimiento para obtenerlo de forma correcta y oportuna. Así, evitarás dolores de cabeza en tu próxima declaración de renta.

¿Qué es el Certificado de Incobrabilidad?

El certificado de incobrabilidad es un documento que permite justificar ante el Servicio de Impuestos Internos que una deuda no ha podido ser recuperada pese a haber realizado las gestiones necesarias para su cobro.

En términos simples, este certificado respalda que un cliente no cumplió con el pago de un crédito otorgado por tu empresa, y que ese dinero no será recuperado.

Este tipo de certificado es relevante en el ámbito tributario, ya que permite que los contribuyentes—especialmente empresas—puedan deducir esas pérdidas como gastos en su declaración de impuestos, específicamente en el cálculo del impuesto a la renta.

Eso sí, no basta con declarar una deuda como incobrable: debe demostrarse que se ha agotado el proceso de recuperación y que existen pruebas fehacientes de dicha incobrabilidad.

¿Para qué sirve el Certificado de Incobrabilidad?

Desde el punto de vista contable y tributario, este certificado tiene un propósito fundamental: permitir que las empresas descuenten del resultado del ejercicio aquellas deudas que, razonablemente, no podrán recuperar.

En la práctica, esto significa una rebaja de la base imponible sobre la cual se calcula el impuesto a la renta, lo que puede aliviar la carga tributaria en periodos de alta morosidad.

Además, contar con este documento permite demostrar ante el SII que se han realizado todas las gestiones de cobro posibles y que la pérdida es real.

Esto cobra aún más importancia en sectores donde el otorgamiento de créditos comerciales es parte habitual del negocio, ya que las facturas impagas pueden acumularse rápidamente y afectar seriamente la liquidez.

Requisitos para solicitar un Certificado de Incobrabilidad en Chile

Para que el SII acepte la incobrabilidad de una deuda como gasto, no basta con afirmar que el deudor no pagó. Debes cumplir con una serie de requisitos que respalden esta situación:

  • Antigüedad de la deuda: generalmente se espera que haya pasado un tiempo razonable desde el vencimiento de la factura (por ejemplo, más de 12 meses sin pago).
  • Origen comercial vinculado a la renta: La deuda debe estar directamente relacionada con las actividades comerciales de la empresa y haber sido parte del giro que generó la renta correspondiente.
  • Incobrabilidad real y comprobada: No basta con que el cobro parezca difícil; es necesario demostrar, de forma clara y documentada, que no existe posibilidad real de recuperar el monto. Esto puede deberse, por ejemplo, a que el deudor se haya declarado en quiebra, haya fallecido sin dejar bienes, o que exista una resolución judicial que rebaje la deuda sin opciones de recuperación. No se aceptan como incobrables aquellas cuentas donde todavía hay dudas sobre el pago, o en las que se sigan manteniendo relaciones comerciales activas con el cliente moroso.
  • Registro y trazabilidad contable: Toda la operación debe haber quedado registrada oportunamente en la contabilidad de la empresa, permitiendo identificar con claridad el origen del crédito y su tratamiento posterior. Además, el sistema contable debe estar preparado para reflejar cualquier eventual recuperación de la deuda en el futuro, sumando ese monto a la renta líquida imponible.

Cumplir con estos puntos será clave para que el procedimiento de justificación ante el SII tenga éxito y puedas rebajar legítimamente esa pérdida del resultado de tu ejercicio tributario.

¿Cómo se obtiene el Certificado de Incobrabilidad?

Una vez que tu empresa cumple con todos los requisitos y tienes los documentos que respaldan que intentaste cobrar la deuda sin éxito, puedes presentar esos antecedentes al Servicio de Impuestos Internos (SII).

El SII revisa la información y, si todo está en orden, acepta que esa deuda se considere incobrable. Esto significa que puedes rebajar el monto no pagado como gasto en tu declaración de impuesto a la renta.

En resumen: si demuestras que hiciste lo posible por cobrar y que no hay forma de recuperar ese dinero, el SII te permite descontar esa pérdida de tus impuestos.

Ahora bien, si más adelante se produce un pago inesperado por parte del deudor, deberás reintegrar ese monto a tus ingresos y declararlo como tal.

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