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    Crecimiento y estrategia empresarial
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    Organigrama Funcional: Cómo Hacerlo para tu Pyme

    imagen post
    Ana Fernández
    23/09/2025

      Organizar una pequeña empresa puede ser todo un desafío. Muchas pymes nacen con equipos reducidos donde cada persona asume múltiples roles, lo que a veces lleva a confusión y desorden. Sin una estructura clara, es fácil que las responsabilidades se solapen o que tareas importantes queden en el aire. Aquí es donde un organigrama funcional se vuelve clave: es la herramienta que te ayuda a poner orden, clarificar quién hace qué y preparar tu negocio para crecer de forma saludable.

      ¿Qué es un organigrama funcional?

      Un organigrama funcional es un tipo de diagrama organizacional que representa la estructura interna de tu empresa según las funciones o departamentos que la componen. 

      En lugar de listar personas o puestos de forma aislada, este organigrama agrupa a los colaboradores por áreas funcionales (como ventas, marketing, finanzas, operaciones, recursos humanos, etc.) y muestra las relaciones jerárquicas entre esas áreas. 

      En otras palabras, refleja qué hace cada departamento y quién lidera cada función, generalmente con la alta dirección en la cima y las distintas unidades debajo.

      Cada departamento o función se suele representar como un cuadro o bloque, conectados por líneas que indican líneas de autoridad y comunicación. 

      Por ejemplo, en una pyme típica podrías tener al Gerente General en la parte superior, y debajo de él divisiones funcionales como Gerencia de Ventas, Gerencia de Operaciones y Gerencia Administrativa/Financiera. 

      Dentro de cada bloque, podrías detallar los roles específicos (vendedores, jefes de área, analistas, etc.) o simplemente dejarlo en nivel departamental si el equipo es muy pequeño.

      ¿Por qué “funcional”? La palabra se refiere a que la base de la estructura son las funciones empresariales. Esto difiere de otros tipos de organigrama (por ejemplo, uno basado en productos, regiones o proyectos). 

      En el organigrama funcional la prioridad es mostrar qué hace cada área y cómo encaja en el conjunto. 

      Es especialmente útil en empresas donde la especialización por funciones es importante y las operaciones se dividen claramente en departamentos. 

      Muchas empresas grandes utilizan organigramas funcionales por su claridad, pero incluso una pyme puede y debe tener el suyo para facilitar el control de las tareas necesarias para cumplir sus objetivos de negocio.

      Sabías que: Según un artículo de Forbes Advisors titulado 7 Organizational Structure Types (With Examples), el organigrama funcional es uno de los modelos más comunes en empresas pequeñas y medianas (SMEs) precisamente por su claridad al dividir por departamentos como Ventas, Finanzas, Operaciones, etc.

      ¿Por qué tu pyme necesita un organigrama funcional?

      Contar con un organigrama (en especial uno funcional) no es un “lujo” reservado a corporaciones gigantes; por el contrario, es una necesidad para cualquier pyme que busque eficiencia y crecimiento ordenado. 

      Estos son algunos beneficios clave que aporta implementar un organigrama funcional en tu empresa:

      Claridad de roles y responsabilidades

      Cada empleado sabe qué se espera de él y quién es responsable de cada tarea. Se evitan confusiones y solapamientos porque el organigrama deja claro “quién hace qué” y “quién responde ante quién”. 

      Por ejemplo, si surge un problema en una entrega, el equipo sabrá directamente que debe escalarlo al encargado de Operaciones y no al de Ventas.

      Mejora de la comunicación interna

      Al visualizar la estructura, se definen canales de comunicación más claros. Sabes a quién acudir cuando necesitas información o aprobar una decisión. 

      Esto derriba barreras, evita malentendidos entre áreas y agiliza la colaboración entre departamentos.

      Eficiencia y especialización

      Una estructura funcional permite que cada área se enfoque en lo suyo (ventas vende, finanzas lleva las cuentas, etc.), logrando mayor especialización y competencia en cada función. 

      Esto suele traducirse en procesos más eficientes. Además, ayuda a identificar cuellos de botella: si algo anda mal (por ejemplo, baja productividad en producción), puedes rastrear el problema al área correspondiente y solucionar más rápido.

      Agilidad en la toma de decisiones

      Con la jerarquía definida, sabes quién tiene la autoridad en cada área para tomar decisiones. 

      Esto evita esperas innecesarias; las decisiones operativas las toma el jefe de área, las estratégicas el gerente general, etc.. 

      Así, cada quien actúa dentro de su ámbito sin invadir terreno ajeno, pero con las escaladas claras cuando hace falta.

      Planificación y crecimiento estratégico

      Un organigrama funcional te permite visualizar el presente y el futuro. Puedes ver qué puestos existen hoy y cuáles podrían existir mañana. 

      De hecho, muchas pymes utilizan su organigrama para planificar la expansión, añadiendo casillas de puestos por crear a medida que crezca la empresa. 

      Por ejemplo, tal vez hoy no tienes un encargado de Recursos Humanos, pero en tu organigrama puedes dejar previsto que, cuando superes cierto número de empleados, incorporarás ese rol.

      Detección de necesidades de personal

      En relación con lo anterior, al mapear las funciones es más fácil detectar qué áreas están sobrecargadas o requieren apoyo. 

      Quizá ves que el departamento de ventas está asumiendo también marketing porque no hay tal área, una señal de que en el futuro convendría separarlas. 

      El organigrama muestra vacantes o funciones sin cubrir que podrías necesitar.

      Profesionalismo frente a terceros

      Un organigrama bien definido transmite seriedad. Si buscas inversionistas, socios o incluso al solicitar un crédito, mostrar que tienes una estructura organizacional clara da confianza sobre la gestión de tu negocio. 

      Demuestra que entiendes tu operación y cuentas con un equipo organizado, lo cual puede ser un punto a favor al negociar con bancos u organismos de apoyo a pymes.

      Mayor autonomía y motivación del personal

      Aunque parezca paradójico, tener claras las líneas de mando puede empoderar a los empleados. 

      Cada uno sabe hasta dónde llega su decisión y cuándo consultar con un superior, lo que reduce la incertidumbre. 

      Además, al saber su rol exacto dentro del conjunto, es más fácil que cada colaborador se sienta parte importante de la empresa y trabaje con un propósito definido.

      Adaptabilidad y orden en el crecimiento

      Las pymes exitosas suelen crecer en número de empleados, clientes y procesos. Sin un organigrama, ese crecimiento puede volverse caótico. 

      Con uno, en cambio, tienes una base sólida que vas ajustando a medida que sumas gente o nuevas unidades de negocio. 

      Piensa en él como el plano de tu casa: puedes construir ampliaciones, pero siempre sustentadas en una estructura bien pensada. 

      Esto facilita introducir cambios organizativos de manera más rápida y menos traumática.

      En resumen, un organigrama funcional actúa como mapa de ruta interno. Te ayuda a planificar, coordinar y comunicar mejor en tu pyme. 

      No por nada, expertos señalan que los negocios que no planifican su estructura y procesos “tienen los días contados”. Es un pilar fundamental para la salud de tu organización.

      Aprovecha la tecnología: Automatizar tareas administrativas con herramientas digitales (por ejemplo, plataformas como ef="https://www.gomaxxa.com/software-financiero-plan">Maxxa) te libera tiempo para enfocarte en planificar la estructura y estrategia de tu empresa. Una pyme ordenada y con procesos eficientes tiene más tiempo para innovar y crecer.

      Cómo hacer un organigrama funcional para tu pyme

      Ahora sí, manos a la obra. Crear el organigrama funcional de tu pyme es un proceso paso a paso. 

      No necesitas software costoso ni ser un experto en diseño, sólo tener claridad sobre tu negocio y seguir una metodología. 

      Aquí te presentamos 8 pasos clave para construir tu organigrama funcional:

      1. Identifica las áreas y procesos de tu negocio

      Comienza por listar las funciones principales de tu empresa. Pregúntate: ¿Cuáles son las áreas imprescindibles para operar? 

      Por ejemplo, casi toda empresa tiene una función de ventas, otra de administración/finanzas, quizá operaciones o producción, y tal vez marketing. 

      Si ya estás en marcha, analiza cómo están funcionando ahora mismo esos procesos. Si vas a emprender, piensa en qué áreas necesitarás desde el inicio. 

      Asegúrate de no omitir ninguna función clave ni duplicar funciones bajo nombres distintos. Este análisis te dará la base sobre la cual construir la estructura. 

      2. Define la cadena de mando y flujos de comunicación

      Una vez claras las áreas, establece quién le reporta a quién. 

      Aquí decides la jerarquía: por ejemplo, ¿todas las áreas reportan directamente al gerente general? ¿O necesitas crear un par de “direcciones” intermedias (como Dirección Operativa y Dirección Comercial) porque tu pyme ya tiene muchos departamentos? 

      No hay una única forma correcta, pero sí es importante que cada persona tenga un superior definido. 

      Igualmente, traza cómo fluirá la comunicación: ¿los encargados de área se reúnen entre sí? ¿Los empleados hablan primero con su jefe de área? 

      Deja claras las vías para evitar “teléfonos descompuestos”. Una buena jerarquía asegura que sabrás dónde ubicar cada unidad en el organigrama y cómo se conectarán.

      3. Perfil de cada departamento o área

      Ahora, describe brevemente qué hace cada departamento. No te quedes solo en el nombre; detalla su propósito principal. 

      Por ejemplo: 

    • Ventas: se encarga de captar clientes, cerrar ventas y alcanzar los objetivos de ingresos mensuales
    • Operaciones: produce el bien o servicio asegurando calidad y entregas a tiempo
    • Finanzas: lleva la contabilidad, pagos, cobros y planificación financiera; etc. 
    • Este perfil claro ayuda a entender la razón de ser de cada unidad en el organigrama. 

      Si tu empresa es muy pequeña y una misma persona cubre varias funciones, igual detalla las funciones separadamente. Por ejemplo, tu encargado administrativo quizá hace rol de finanzas y RR.HH. a la vez, pero son dos funciones distintas que en el futuro podrían separarse.

      4. Verifica las funciones y tareas de cada unidad

      Con los departamentos definidos, lista las tareas o responsabilidades principales de cada uno. 

      Esto complementa el perfil del paso anterior. Por ejemplo, en Marketing podrías anotar: manejo de redes sociales, publicidad, investigación de mercado y soporte a ventas con leads. 

      En Operaciones: gestión de inventario, producción, logística de entrega. La idea es asegurarte de que cada función clave está asignada a algún departamento. 

      Si descubres tareas importantes sin dueño, quizá debas asignarlas o crear una nueva figura. También confirma que no tengas dos áreas haciendo lo mismo (duplicidad). 

      Este paso garantiza que el organigrama refleje la realidad operativa y que cada función aporta al objetivo general de la empresa.

      5. Determina el alcance y límites de cada área

      Es fundamental definir hasta dónde llega la autoridad y responsabilidad de cada departamento. 

      Por ejemplo, ¿el área de Servicio al Cliente resuelve problemas por sí misma o solo canaliza al área correspondiente? ¿El jefe de Ventas puede ofrecer descuentos hasta cierto porcentaje sin consultar a Finanzas? Establecer estos alcances evita conflictos y zonas grises. 

      Documenta cuáles decisiones puede tomar cada nivel y en qué casos deben escalar a la gerencia general. 

      De este modo, tu organigrama no solo muestra puestos, sino también límites claros de actuación para cada quien.

      6. Diseña el organigrama (plásmalo visualmente)

      Con todos los datos y la información recopilada, llega el momento de dibujar tu organigrama funcional. 

      Puedes hacerlo en una hoja grande, en la computadora con programas de office (Word, PowerPoint) o usando herramientas gratuitas en línea de diagramas. 

      Representa cada área como un cuadro o bloque; coloca el cargo superior (dueño, gerente general) arriba y debajo, en cascada, los demás departamentos según la jerarquía definida. Usa líneas que conecten jefaturas con sus reportes. 

      Mantén el diseño simple y limpio, la idea es que cualquiera al verlo entienda la estructura en segundos. 

      No te preocupes por el “arte”; lo importante es la claridad. Si tu empresa es muy pequeña, es posible que el organigrama sea bastante sencillo (pocos niveles), y está bien. 

      Recuerda: un organigrama funcional suele representarse de forma vertical (tipo pirámide de arriba hacia abajo), porque enfatiza la jerarquía, pero puedes optar por un formato horizontal si te parece más claro, siempre y cuando muestre las relaciones correctamente.

      7. Revisa y optimiza tu organigrama

      Una vez lo tengas dibujado, tómate el tiempo de evaluarlo críticamente. ¿Refleja fielmente cómo opera tu pyme? ¿Es coherente con la realidad y los objetivos del negocio? 

      A veces, al verlo plasmado detectas cosas que se pueden mejorar: por ejemplo, tal vez notas que un jefe tiene demasiados reportes directos (lo cual puede ser pesado de gestionar) y decides crear un rol intermedio, o ves que cierta función está aislada y conviene reubicarla bajo otra área. 

      Ajusta todo lo que sea necesario ahora, antes de formalizarlo. El organigrama debe ser útil y funcional, no un mero documento decorativo. 

      Si algo no cuadra en papel, probablemente tampoco en la práctica.

      8. Comunícalo y archívalo adecuadamente

      ¡Lograste tu organigrama funcional! Pero el trabajo no termina hasta que lo compartes con tu equipo y lo dejas accesible. 

      Reúne a tus colaboradores, explícales la nueva estructura (o los cambios si ya había una) y asegúrate de resolver dudas. 

      Es importante que todos comprendan su lugar en el organigrama, a qué unidad pertenecen y cuáles son sus responsabilidades dentro de esa área. Incorpóralo en el manual de inducción para que cada nuevo empleado lo reciba al integrarse. 

      Asimismo, guarda el archivo en un lugar donde la gerencia pueda actualizarlo con el tiempo. 

      Un organigrama desactualizado pierde valor; proponte revisarlo al menos una vez al año o cada vez que tengas cambios organizacionales significativos (nuevos departamentos, personal clave, etc.). 

      En síntesis, que el organigrama se vuelva parte viva de la gestión, consultado en reuniones estratégicas y ajustado conforme la pyme evoluciona.

      Siguiendo estos pasos, tendrás un organigrama funcional bien construido y, sobre todo, adaptado a las necesidades de tu pyme. 

      Recuerda que no existe un diseño único: tu organigrama debe reflejar tu realidad particular. 

      Lo importante es que cumpla su objetivo de clarificar la estructura y que sea entendido por todos en la empresa.

      Sugerencia: Para aquellas pymes que quieren eficiencia operativa y evitar cuellos de botella en funciones clave, saber dónde y cómo automatizar procesos es vital. En el artículo del blog de Maxxa, El papel del sistema ERP en la automatización de procesos empresariales te enseñamos cómo distribuir responsabilidades funcionales para sacar el máximo provecho de estas herramientas.

      Ejemplo de organigrama funcional para una pyme

      Para ilustrar cómo luce un organigrama funcional, veamos un ejemplo hipotético de una pequeña empresa de servicios. 

      En este caso, se ha dividido la estructura en dos grandes áreas funcionales (una técnica/operativa y otra comercial/administrativa) bajo la dirección general, con sus respectivos equipos:

      En este ejemplo, la Dirección General encabeza la organización. Por debajo, se crean dos direcciones funcionales: una Dirección Técnica (enfocada en la operación del servicio o producto) y una Dirección Financiera/Comercial (que abarca la gestión financiera y de ventas). 

      Cada una tiene a su cargo gerencias o jefaturas de área: por ejemplo, la Dirección Técnica supervisa a la Gerencia de Desarrollo/Operaciones, mientras que la Dirección Financiera coordina la Gerencia de Administración y la Gerencia de Ventas. 

      El organigrama refleja cómo las tareas están agrupadas por especialidad: todo lo relacionado con la entrega del producto se maneja en el lado técnico, y todo lo relativo a dinero e ingresos en el lado financiero-comercial. 

      ¿Qué podemos aprender? Que incluso con un equipo reducido, separar las funciones en un gráfico ayuda a todos a entender quién lidera cada tema y cómo se conectan las distintas actividades de la pyme.

      Cada empresa tendrá su propio organigrama ajustado a su realidad. Algunas pymes muy pequeñas quizás solo tengan al dueño en la cima y debajo un par de encargados multitask. ¡Y eso está bien! 

      Lo importante es dar el paso de dibujarlo. Tenerlo visible en la oficina o en un documento compartido servirá de guía diaria. 

      Además, a medida que crezcas, podrás ir añadiendo casillas o divisiones nuevas sin perder la visión global.

      Recomendación: Además de distribuir responsabilidades con un organigrama, documentar cómo se realizan las tareas es fundamental, aquí es donde entra el Manual de Procedimientos: Cómo Hacerlo para tu Pyme, que te guía en cómo estandarizar funciones y asegurar que todos sepan qué hacer.

      Preguntas frecuentes

      ¿En qué se diferencia un organigrama funcional de otros tipos de organigrama?

      El organigrama funcional muestra la estructura según las funciones o departamentos de la empresa. 

      En cambio, otros tipos se organizan de forma distinta: por ejemplo, un organigrama por producto agrupa equipos completos bajo cada línea de producto (cada unidad maneja sus ventas, producción, etc. de ese producto), un organigrama geográfico hace lo mismo pero por regiones, y un organigrama matricial combina dos criterios a la vez (por ejemplo, empleados que pertenecen a una función pero colaboran en proyectos interdepartamentales). 

      El funcional es uno de los más comunes por su claridad, pero en empresas muy dinámicas a veces se complementa con elementos de otros tipos según convenga.

      ¿Es necesario un organigrama si mi empresa es muy pequeña (por ejemplo 5 empleados)?

      Aunque tu empresa sea muy pequeña, un organigrama te obliga a definir roles con claridad. En microempresas es común que una persona lleve varios sombreros (por ejemplo, el dueño puede ser gerente general y de ventas a la vez). 

      Aun así, dibuja esas funciones por separado en el organigrama, indicando que la misma persona las ocupa. Esto te ayudará a identificar en qué áreas inviertes más tiempo y cuál podría ser tu próxima contratación al crecer. 

      Además, aunque 5 personas trabajen lado a lado, saber quién es responsable final de cada tema evitará que todos terminen haciendo de todo de forma desordenada.

      ¿Con qué frecuencia debo actualizar el organigrama de mi pyme?

      No hay una regla fija, pero una buena práctica es revisarlo al menos una vez al año. También debes actualizarlo cada vez que ocurra un cambio importante en la estructura: si incorporas un nuevo departamento, si la empresa crece en personal y necesitas agregar un nivel de mando intermedio, o si alguien deja la organización y haces un reajuste de funciones. 

      Mantener el organigrama al día garantiza que siga siendo una herramienta útil y refleje la realidad. Un organigrama desactualizado puede confundir más de lo que aclara.

      ¿Qué herramientas puedo usar para crear un organigrama fácilmente?

      No necesitas software especializado si no lo tienes a mano. Puedes elaborar un organigrama básico usando Word, PowerPoint o Excel, aprovechando formas y líneas. 

      También existen herramientas en línea gratuitas y fáciles de usar (como Canva, Lucidchart, entre otras) que ofrecen plantillas de organigramas donde solo tienes que rellenar los nombres y posiciones. Incluso Google Docs/Slides tiene diagramas que pueden servir. 

      Si tu pyme utiliza algún software de RR.HH. o ERP, muchos incluyen módulos para organigramas de personal que podrías aprovechar. 

      Lo clave es que la herramienta te permita editarlo sin mucha complicación, ya que probablemente harás ajustes con el tiempo.

      ¿Debo incluir los nombres de las personas o solo los cargos en el organigrama?

      Depende del uso que le darás. Si el organigrama es para comunicación interna y tu equipo es pequeño, puede ser útil colocar nombres y fotos de cada persona en su puesto, así sirve también para presentaciones o inducciones (especialmente cuando llegan nuevos empleados, les ayuda a conocer “quién es quién”). 

      Sin embargo, si es un documento más formal para planificar y proyectar crecimiento, puedes dejar solo los puestos/cargos. 

      Muchas pymes optan por mantener los cargos en el diagrama y tener un anexo o lista aparte con los nombres y contactos de quién ocupa cada cargo, así actualizarlo es más fácil cuando hay rotación de personal. 

      En cualquier caso, asegúrate de que los títulos de los puestos sean claros (por ejemplo, “Jefe de Ventas” en lugar de solo “Ventas”) para que todos entiendan las responsabilidades asociadas.

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    Relatos basados en historias reales.

    Capítulo 4 - El Desafío de la Gestión del Personal

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