Por años, muchas pymes veían el sistema de compras públicas en Chile como un espacio ajeno, dominado por grandes empresas con equipos dedicados exclusivamente a licitaciones, experiencia acumulada y acceso a financiamiento. La sola idea de competir en ese escenario parecía lejana, cuando no inalcanzable.

Pero ese diagnóstico, aunque en parte cierto, ya no refleja toda la realidad. El Mercado Público ha comenzado a abrir sus puertas a nuevos actores. 

Las pequeñas y medianas empresas —que representan más del 98% del tejido empresarial chileno— están ganando terreno en un espacio que, durante años, estuvo marcado por altas barreras de entrada.

Gracias a ajustes normativos, mejoras en la digitalización de procesos, nuevas modalidades de contratación y la irrupción de soluciones fintech, hoy el Estado está dando señales claras: el Mercado Público no es solo para grandes empresas

Y lo que antes parecía una excepción, empieza lentamente a transformarse en una nueva norma.

La magnitud del mercado: una oportunidad en expansión

El Estado chileno es, por lejos, el mayor comprador del país. Solo en 2023, las transacciones a través de ChileCompra superaron los US$16.000 millones, según cifras oficiales.

Esta cifra no solo da cuenta del volumen del gasto público, sino también del enorme potencial que representa este mercado para los proveedores nacionales.

Los organismos públicos —ministerios, municipalidades, hospitales, Fuerzas Armadas, servicios regionales— requieren bienes y servicios de todo tipo: desde artículos de oficina hasta soluciones tecnológicas, desde servicios de mantenimiento hasta asesorías especializadas. 

En este contexto, las pymes tienen múltiples oportunidades de insertarse como proveedoras, especialmente en rubros donde la flexibilidad, la cercanía y la capacidad de respuesta juegan a su favor.

Sin embargo, aprovechar esta oportunidad no depende únicamente de que el mercado esté disponible. 

Requiere conocer su funcionamiento, comprender sus reglas y contar con las herramientas necesarias para participar. 

Por eso, acceder al Mercado Público no es solo una decisión comercial, sino una estrategia de crecimiento empresarial.

Avances en simplificación y acceso

Uno de los pilares para abrir efectivamente el Mercado Público a las pymes ha sido la simplificación de los procesos y la reducción de las barreras de entrada. 

Durante años, el acceso al sistema de compras públicas estuvo condicionado por una serie de exigencias administrativas, técnicas y documentales que resultaban poco proporcionales para empresas de menor tamaño. 

Frente a este escenario, ChileCompra ha implementado medidas concretas de simplificación, orientadas a mejorar la experiencia del proveedor, agilizar los trámites y permitir una participación más directa.

Además, la plataforma de compras públicas ha mejorado su usabilidad, con interfaces más intuitivas, mayor trazabilidad en los procesos y notificaciones automáticas para que los proveedores estén informados sobre nuevas oportunidades, etapas de evaluación y adjudicaciones.

Todo esto ha contribuido a que cada vez más pymes puedan participar sin necesidad de contar con un equipo licitador experto ni con experiencia previa en el sistema, eliminando uno de los principales obstáculos históricos de entrada.

La simplificación no implica bajar los estándares de transparencia o competencia, sino adaptarlos a la realidad operativa de las empresas más pequeñas, permitiendo una participación más diversa, ágil y alineada con los principios de eficiencia y equidad.

Capacitación: habilitar el conocimiento como palanca de entrada

No basta con facilitar el acceso si no se comprende el sistema. Por eso, la capacitación ha sido clave.

ChileCompra y redes de apoyo han desarrollado instancias formativas para que las pymes aprendan a leer bases, postular y gestionar procesos. 

Descentralización: oportunidades que cruzan el mapa

La descentralización del gasto público ha abierto nuevas oportunidades para proveedores regionales. 

Este enfoque ha sido particularmente relevante en sectores donde la proximidad territorial no solo es deseable, sino necesaria. 

Proveedores de servicios de mantenimiento, alimentos, transporte, seguridad y artículos escolares, pueden competir en sus regiones sin los costos operativos ni las complejidades logísticas de ofrecer productos o servicios a cientos de kilómetros de distancia.

Además, la descentralización ha tenido un efecto colateral positivo: ha generado una mayor diversificación del tipo de proveedores adjudicados, estimulando economías locales, reduciendo la concentración de mercado y mejorando la eficiencia de entrega.

En este contexto, muchas pymes regionales están descubriendo que el Estado no solo es un cliente potencial, sino un socio estratégico para escalar, consolidarse y formalizar operaciones a través de contratos sostenidos en el tiempo.

Los desafíos que persisten

Pese a los avances, aún existen barreras estructurales:

  • Concentración de adjudicaciones en pocos proveedores en licitaciones de alto valor.
  • Dificultades de acceso a garantías y financiamiento, especialmente en sectores sin historial licitador.
  • Complejidad técnica de algunos procesos, que requiere mayor asistencia o asociatividad.

¿Qué viene hacia adelante?

La apertura del sistema continúa, pero requiere apoyo de nuevos actores.

Uno de los avances más relevantes es la aparición de fintechs que facilitan el acceso a garantías, requisito habitual en procesos de compra pública. 

Un caso destacado es Maxxa, que permite a las pymes emitir garantías técnicas de forma digital, rápida y sin trámites presenciales.

Este tipo de soluciones contribuye a:

  • Reducir los tiempos de respuesta.
  • Eliminar barreras bancarias tradicionales.
  • Democratizar el acceso al financiamiento exigido para competir.

Además del acceso a garantías técnicas, Maxxa también ha desarrollado herramientas complementarias que facilitan la entrada de las pymes al sistema. 

Una de ellas es su recomendador de licitaciones gratuito, que utiliza inteligencia artificial para identificar oportunidades de venta compatibles con el giro de cada empresa. 

Esta funcionalidad permite a los proveedores ahorrar tiempo en la búsqueda, filtrar ofertas relevantes y enfocarse en procesos donde realmente tienen posibilidades de éxito. 

Para muchas pymes, este tipo de asistencia representa un punto de partida concreto para iniciarse —o fortalecerse— en el mundo de las compras públicas.

Conclusión: participación con impacto

El Mercado Público dejó de ser un espacio exclusivo.

Hoy, gracias a la transformación tecnológica, nuevas políticas de inclusión y el apoyo de actores como las fintechs, las pymes están accediendo a un mercado donde antes se les hacía más difícil participar.

Abrir el Mercado Público a las pymes no es solo una medida de inclusión, sino una apuesta por una economía más dinámica, eficiente y diversa.