Factoring Online: Qué Es y Cómo Funciona


Ana Fernández
10/07/2025
Si tienes una empresa y alguna vez te ha pasado que tienes ventas realizadas, facturas emitidas y clientes que aún no pagan, entonces sabes lo que es enfrentarse a problemas de flujo de caja. El factoring online es un mecanismo financiero que permite a una empresa convertir sus facturas por cobrar en dinero inmediato.
Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) suelen enfrentarse al problema de la falta de liquidez: venden productos o servicios hoy, pero cobran hasta 30 o 60 días más tarde.
Imagina que vendes un lote de zapatos y te dicen que te pagarán en dos meses; mientras tanto debes pagar proveedores, nómina e invertir en tu negocio.
¿Qué puedes hacer? Entre las diferentes alternativas que tienes para hacer frente a esta situación, está el factoring.
¿Qué es el factoring?
El factoring es una solución financiera para eso: consiste en adelantar el cobro de facturas pendientes a cambio de un pequeño descuento.
En otras palabras, tu empresa (vendedora de bienes o servicios) transfiere el derecho de cobro de las facturas ya emitidas a una entidad financiera llamada factor, recibiendo de inmediato la mayor parte del monto. El factor, a su vez, cobrará la factura al cliente final cuando esta venza.
Los datos confirman que muchas PyMEs viven con flujos ajustados. Una encuesta nacional reciente de Maxxa a 1.215 emprendedores mostró que el 68% teme “quedarse sin caja” para cubrir compromisos.
Además, el 46% considera que la falta de financiamiento es la principal barrera para crecer, y muchos sienten que “los bancos no les quieren prestar” (38%) o que no cumplen los requisitos para un crédito tradicional (38%).
El factoring está regulado en Chile por la Ley N° 19.983 (de 2005), que da “mérito ejecutivo” a las facturas como títulos ejecutivos. Esto facilita su transferencia al factor.
Como describe la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), el factoring es “un contrato mediante el cual una empresa traspasa las facturas que ha emitido y a cambio obtiene de manera inmediata el dinero”
En la práctica, el factor adelanta un porcentaje alto del monto (por ejemplo, el 90%) y retiene la diferencia como comisión.
Cuando la factura vence (60 días después, por ejemplo), el factor cobra directamente al cliente el valor total y termina con la operación. Por esto no se contabiliza como deuda en el balance de la empresa, sino como un adelanto de ventas futuras.
Por ejemplo, si la Panadería ABC vende $1.000.000 en pan a crédito a un supermercado, puede ceder esa factura al factor. Éste le paga de inmediato, por ejemplo, $900.000 (el 90%).
En 60 días el supermercado paga los $1.000.000 al factor, que se queda con los $100.000 restantes como ganancia.
La PyME obtuvo liquidez el mismo día de la venta, sin esperar dos meses. Así, el factoring actúa como una “caja de ahorros inmediata” para la empresa.
¿Cómo funciona el factoring paso a paso?
El proceso de factoring consta de varios pasos sencillos que pueden resumirse en:
- Emisión de la factura. La empresa (vendedora) entrega bienes o servicios y emite una factura a su cliente. Por ejemplo, una empresa de servicios emite una factura de $1.000.000 a 30 días.
- Cesión al factor. La empresa vende esa factura a una entidad financiera (banco, fintech o sociedad de factoring) mediante un contrato. El factor se convierte en dueño del crédito. A cambio, adelanta dinero a la empresa, descontando intereses y comisiones. Esto se formaliza entregando al factor una copia de la factura original.
- Adelanto de fondos. El factor paga a la empresa un porcentaje del monto facturado. Comúnmente suele ser el 90% del valor nominal. El resto se retiene como comisión por el servicio. Así la empresa obtiene liquidez inmediata en lugar de esperar el vencimiento.
- Cobro al cliente. Cuando llega la fecha de pago de la factura (por ejemplo, 30 o 60 días después), el cliente paga directamente al factor. El factor recibe los fondos completos, finalizando la operación. Al cliente solo le cambia el beneficiario del pago (ya no paga a la PyME, sino al factor).
- Liquidación final. En operaciones con “recurso” (con garantía), si el cliente no paga la factura, el factor puede reclamarle a la empresa vendedora. En operaciones “sin recurso”, el factor asume todo el riesgo y no puede reclamar a la PyME. La modalidad se pacta en el contrato (más adelante detallaremos estas diferencias).
Cada operación se formaliza dentro de un contrato de factoring. Según el Banco Central de Chile, en el factoring participan tres partes principales: el vendedor/emisor (la PyME que entrega la factura), el comprador/pagador (el cliente que debe pagar la factura) y el factor/institución financiera (que compra la factura).
La fortaleza crediticia del comprador suele ser clave: el factor evalúa principalmente la capacidad de pago del cliente para fijar sus tasas.
Siguiendo el caso anterior: la PyME cobra $900.000 al instante, el supermercado paga $1.000.000 al factor en la fecha acordada, y el factor se quedó $100.000 por sus servicios,
Factoring online vs tradicional
El factoring online es la versión digitalizada del proceso. Mientras el factoring tradicional exige visitar sucursales o enviar papeles a un banco, el factoring online permite hacer todo por Internet.
Con plataformas web o apps, la PyME sube sus facturas escaneadas, firma contratos electrónicos y recibe ofertas de financiamiento en minutos.
Esto agiliza enormemente los tiempos: hoy muchos proveedores de factoring digital aseguran aprobar operaciones en uno o dos días, cuando antes podían tardar semanas.
Gracias a la facturación electrónica obligatoria en Chile, el salto a plataformas online es natural.
Las ventajas de optar por plataformas digitales incluyen: solicitud 100% online, respuesta rápida, menor papeleo y a menudo tasas más competitivas.
Además, pueden tener mayor flexibilidad en requisitos, lo que abre la puerta incluso a PyMEs sin estados financieros complejos.
Tipos de Factoring: con y sin recurso
En el factoring con recurso, la PyME vendedora sigue siendo responsable si el cliente no paga: en ese caso el factor puede reclamarle el monto.
En cambio, en el factoring sin recurso la empresa vendedora se libera de todo riesgo: si el cliente no paga, la pérdida corre por cuenta del factor. Por su seguridad, el factor normalmente evalúa muy bien al comprador (cliente) antes de aceptar sin recurso.
Ventajas del factoring
El factoring aporta varias ventajas clave:
- Liquidez inmediata: Anticipa fondos de facturas que de otro modo cobrarías en semanas. Esto evita cuellos de botella: así una PyME puede cubrir nómina o pagar proveedores sin esperar.
- Mejora flujo de caja: Al contar con dinero inmediato, la empresa mantiene su salud financiera para crecer de forma sostenida. Reduce la incertidumbre de pagos a largo plazo.
- Permite ofrecer crédito al cliente: Con apoyo del factoring, el proveedor puede vender a plazo a sus clientes sabiendo que igual obtendrá el dinero pronto. Esto potencia ventas a grandes clientes aunque puedan tardar un poco más en pagar.
- Gastos impredecibles: Al igual que la encuesta de Maxxa menciona, muchas PyMEs temen gastos imprevistos. El factoring es un colchón para afrontar emergencias: si necesitas dinero urgente (reponer maquinaria, afrontar un costo extra, etc.), basta con adelantar una factura.
- Operación fuera de balance: Dado que se basa en facturas por cobrar, el factoring no se registra como deuda bancaria tradicional. Esto puede mejorar indicadores financieros al no aumentar el endeudamiento visible de la empresa.
- Gestión de cobros: El factor a veces se encarga de cobrar la factura al cliente. En factoring de cobranza directa, el propio factor hace seguimiento de pagos, lo que puede reducir la carga administrativa al proveedor.
Qué debes tener en cuenta antes de usar factoring
Como toda herramienta financiera, el factoring también tiene aspectos importantes que conviene analizar:
- Costo financiero: El factor cobra comisión o tasa sobre el monto financiado. Hay que evaluar bien las condiciones: comparar precios, requisitos y tiempos para elegir la opción más conveniente. No siempre el más barato es mejor si las exigencias son muy altas.
- Planificación del uso de fondos: Si solo necesitas una parte de tu factura, recibir más dinero del necesario podría generar un mal uso. Es clave planificar en qué se invertirá la liquidez extra.
- Dependencia: El factoring al final solo adelanta facturas ya otorgadas. No resuelve problemas si las ventas bajan: debes seguir produciendo facturas. Además, si se usa crónicamente puede volverse costoso; es ideal para situaciones puntuales o para financiar crecimiento, no sustituir ingresos.
- Historial de clientes: Los factores analizan el historial crediticio de tus compradores. Si vendes a un cliente poco confiable, puede que te ofrezcan menos dinero (o solo factoring con recurso).
En resumen, el factoring online es un mecanismo para que las PyMEs conviertan sus ventas pendientes en dinero.
Sin embargo, como toda herramienta financiera, requiere evaluar el costo-beneficio y si calificas, ya que el factor evaluará la solidez crediticia del cliente de la factura.
Muchas pymes optan por soluciones digitales ágiles y accesibles, como las que ofrece Maxxa, que ha desarrollado un modelo 100% en línea que permite acceder a financiamiento en cuotas o mediante una línea de crédito, con respuestas rápidas y sin burocracia.
Maxxa permite a las empresas disponer de recursos cuando más lo necesitan, sin depender del calendario de pago de sus clientes ni de procesos lentos. Así, se convierte en una alternativa concreta para enfrentar emergencias, invertir en crecimiento o simplemente mantener el flujo operativo activo.