Si tienes un negocio o trabajas en el área financiera de una empresa, sabes lo importante que es mantener al día las cuentas por cobrar. Sin embargo, cuando las facturas se acumulan y los plazos se vencen, puede ser todo un desafío lograr que los clientes cumplan con sus compromisos. Es ahí donde entran en juego las empresas de cobranza: aliadas clave para recuperar el dinero pendiente sin desgastar la relación comercial.

En el mercado chileno, tanto grandes empresas como pymes recurren a estos servicios para mantener una buena salud financiera.

Pero, ¿Qué hacen exactamente estas empresas? ¿Qué límites tienen? y ¿Cómo saber si realmente necesitas una? Aquí te lo explicamos todo.

¿Qué es una empresa de cobranza?

Una empresa de cobranza es una organización especializada en la gestión del cobro de deudas impagas.

Su trabajo consiste en contactar al deudor, negociar un pago, y recuperar el monto adeudado, ya sea de forma prejudicial (sin intervención judicial) o a través de acciones legales si el caso lo requiere.

Estas empresas pueden operar de manera independiente o ser parte de una institución financiera, como un banco o compañía de retail.

Su tipo de servicio varía según el cliente: pueden encargarse de la cartera completa de una empresa, de cuentas específicas o de procesos puntuales.

Su valor radica en su capacidad para profesionalizar un proceso que muchas veces se maneja de forma interna con recursos limitados.

A través de herramientas, sistemas y equipos especializados, permiten que las empresas mantengan el foco en su negocio, sin descuidar el flujo de caja.

¿Cuándo se recurre a una empresa de cobranza?

No todas las deudas justifican acudir de inmediato a una empresa externa, pero hay ciertos indicadores que te pueden alertar.

Por ejemplo, cuando tus cuentas por cobrar llevan más de 30 días en mora, o si el volumen de facturas impagas está afectando tu operación diaria, es momento de evaluar otras soluciones.

Las empresas de cobranza suelen intervenir en distintas etapas del proceso de pago:

  • En la etapa temprana, cuando se necesita reforzar los recordatorios antes del vencimiento.
  • En la cobranza prejudicial, cuando ya hay mora, pero aún se puede negociar directamente.
  • En la cobranza judicial, si el deudor no responde y es necesario iniciar acciones legales.

Tercerizar esta función puede ser especialmente útil si tu equipo no cuenta con experiencia o tiempo para hacer un seguimiento eficiente.

Además, permite separar el rol comercial del de cobro, evitando tensiones innecesarias con tus clientes.

¿Qué pueden y qué no pueden hacer legalmente?

En Chile, la gestión de cobranza está regulada por la Ley del Consumidor y supervisada por el SERNAC. Eso significa que, aunque las empresas de cobranza tienen herramientas legítimas para recuperar deudas, también existen límites claros que protegen los derechos del deudor.

Una empresa de cobranza sí puede:

  • Enviar correos, llamar o contactar al deudor en horarios razonables.
  • Informar sobre el estado de la deuda y las consecuencias de no pagar.
  • Ofrecer alternativas de pago o reprogramación.

Pero no puede:

  • Llamar fuera del horario permitido (ni muy temprano ni tarde en la noche).
  • Hacer amenazas, acosar o comunicar la deuda a terceros.
  • Cobrar montos no informados o no pactados.

Estas prácticas abusivas pueden denunciarse. Por eso, al elegir una empresa de cobranza, es clave verificar que actúe con ética, cumpla la normativa y proteja la relación comercial con tus clientes.

¿Qué tipo de empresas de cobranza existen?

En Chile, existen distintos modelos según el tipo de servicios que ofrecen y el mercado al que apuntan. Algunos se enfocan en grandes volúmenes de cuentas por cobrar, mientras otros trabajan con pymes o sectores específicos como educación, salud o comercio.

Las más comunes son:

  • Empresas tercerizadas: Son contratadas por otras compañías para gestionar sus carteras morosas. Suelen trabajar a éxito, es decir, sólo cobran si recuperan el dinero.
  • Departamentos internos de cobranza: Grandes empresas que tienen su propio equipo especializado para manejar las deudas de sus productos o servicios.
  • Empresas mixtas: Combinan lo mejor de ambos mundos, con equipos internos y soporte externo para maximizar resultados.

El uso de tecnología, el análisis de datos y la personalización del servicio son elementos que marcan la diferencia en este rubro.

No se trata solo de llamar por teléfono, sino de diseñar una estrategia de cobro alineada con tus necesidades y objetivos financieros.

¿Cómo elegir una buena empresa de cobranza?

No todas las empresas de cobranza ofrecen el mismo nivel de servicio, por lo que elegir bien ayudará a tener una gestión eficaz de las cobranzas, manteniendo al mismo tiempo una buena relación con los clientes.

Por eso, antes de firmar cualquier contrato, es clave que evalúes varios aspectos.

Primero, revisa su experiencia en el rubro. ¿Trabajan con empresas de tu mismo tamaño o sector? ¿Qué tipo de cartera de clientes manejan? ¿Tienen casos de éxito que puedas analizar?

Segundo, analiza su sistema de trabajo. ¿Cuentan con herramientas digitales que faciliten el seguimiento y el análisis de cuentas por cobrar? ¿Puedes acceder a reportes claros? ¿Hay transparencia en el proceso de cobro?

También es importante que verifiques sus prácticas éticas. Una buena empresa de cobranza respeta al deudor, cumple la ley y protege tu imagen como proveedor. El foco debe estar en recuperar el dinero sin dañar la relación comercial.

Finalmente, asegúrate de que puedan adaptarse a tus necesidades específicas. Algunas empresas necesitan un servicio más intensivo; otras, un refuerzo puntual. La flexibilidad también es parte del valor.

¿Cuánto cobra una empresa de cobranza?

El modelo de cobro más común en este rubro es el “a éxito”: es decir, la empresa de cobranza cobra un porcentaje del monto recuperado.

Este porcentaje puede variar dependiendo del tipo de deuda, su antigüedad, el monto total y la dificultad de recuperación.

En promedio, las tasas pueden ir desde un 3% hasta un 9% del total recuperado.

¿Por qué tercerizar la cobranza?

Delegar la gestión de cobranza a un tercero especializado no solo es práctico, también puede ser una decisión estratégica.

Especialmente si eres una pyme, el tiempo y los recursos que consumes intentando recuperar pagos pueden afectar directamente tu operación.

Una empresa de cobranza permite separar la relación comercial del proceso de cobro, lo que ayuda a mantener una buena imagen frente al cliente.

Además, su expertise en manejo de cuentas morosas, su acceso a herramientas de análisis y su enfoque profesional pueden acelerar la recuperación del dinero.

También es una forma de mejorar tus indicadores financieros: menor tasa de incobrabilidad, mejor rotación de cartera, y más liquidez disponible para invertir en productos, personas o crecimiento.

Eso sí, asegúrate de elegir un aliado que realmente entienda tu modelo de negocio y trabaje con soluciones personalizadas, no con fórmulas genéricas.

Cómo funciona la cobranza con herramientas tecnológicas modernas

Hoy, la cobranza ya no depende de llamadas infinitas ni de hojas de cálculo. Gracias a la tecnología, puedes tener un sistema automatizado que envía recordatorios, monitorea el estado de cada cuenta y te entrega datos clave para tomar decisiones informadas.

Desde plataformas que integran correos automatizados y alertas de vencimiento, hasta reportes que te muestran en tiempo real cómo se está comportando tu cartera de cuentas por cobrar, la tecnología ha elevado el estándar del rubro.

Además, los sistemas modernos permiten un trato más respetuoso y eficaz con el deudor, lo que mejora las tasas de recuperación y protege la relación comercial.

En resumen, una buena empresa de cobranza no solo te ayuda a recuperar dinero, también protege tu marca, optimiza tu flujo de caja y te deja tiempo para dedicarte a tu negocio.

Y si además trabaja con tecnología y buenas prácticas, el impacto positivo se multiplica.

Con el software de Facturación, Ventas y Finanzas de Maxxa, no solo puedes emitir documentos y ordenar tus cuentas, sino también activar la cobranza automatizada por cliente, agilizando todo el proceso desde el primer recordatorio hasta el cierre del pago.

Así, no necesitas perseguir facturas una por una ni depender de hojas de cálculo eternas: Maxxa lo hace por ti.

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