Si trabajas con el Estado o aspiras a hacerlo, hay una obligación que no puedes pasar por alto: la Declaración de Interés y Patrimonio (DIP). No es un mero trámite administrativo, sino una herramienta clave para garantizar la probidad, prevenir el conflicto de interés y fortalecer la confianza de la ciudadanía en las instituciones públicas.

La Ley N° 20.880 sobre probidad en la función pública establece claramente este deber para muchas autoridades y funcionarios públicos, y su cumplimiento es esencial para quienes ejercen un cargo público.

¿Por qué? Porque hoy más que nunca, la transparencia es una razón de peso para sostener relaciones sanas entre el mundo público y el privado.

En este artículo te explicamos qué es la DIP, quiénes están obligados a presentarla, qué información debes incluir y cómo acceder al formulario en línea.

¿Qué es la Declaración de Interés y Patrimonio?

La Declaración de Interés y Patrimonio, también conocida por su sigla DIP, es un instrumento obligatorio que deben presentar ciertos funcionarios públicos y autoridades para transparentar sus intereses y patrimonio.

El objetivo principal es evitar cualquier conflicto de interés en el ejercicio del cargo y fomentar la rendición de cuentas.

Esta declaración permite conocer los bienes, patrimonio e intereses que puedan influir —de manera directa o indirecta— en la toma de decisiones públicas.

Además, promueve el acceso a esta información por parte de la ciudadanía, garantizando un estándar mínimo de transparencia.

El instrumento fue creado bajo el marco de la Ley N° 20.880, vigente desde el año 2016, y forma parte del Sistema de Declaraciones de Intereses y Patrimonio administrado por la Contraloría General de la República.

¿Quiénes deben presentar la DIP?

No todas las personas que trabajan en el sector público están obligadas a presentar esta declaración, pero sí un grupo significativo de funcionarios y autoridades. 

De acuerdo a la ley, deben declarar:

  • Presidentes, ministros y subsecretarios.
  • Parlamentarios y alcaldes.
  • Gobernadores y consejeros regionales.
  • Jueces, fiscales, contralores y otros funcionarios públicos de alto nivel.
  • Directores de empresas públicas o con participación estatal.
  • Cargos de confianza o con poder de decisión en organismos del Estado.

Además, en algunos casos, también se exige la DIP a personas naturales que, sin ser funcionarios, ocupan cargos de representación en fundaciones u organismos que reciben fondos públicos.

¿Qué información incluye la Declaración de Interés y Patrimonio?

La declaración de interés y patrimonio no se trata solo de tus bienes personales. El objetivo es reflejar todo aquello que pudiera generar un posible conflicto de interés. Por eso, el contenido del formulario que debes completar es amplio y detallado.

Incluye, entre otros elementos:

  • Bienes raíces y vehículos de tu propiedad.
  • Cuentas bancarias, instrumentos financieros, acciones y otros activos.
  • Participaciones en sociedades comerciales o civiles.
  • Cargos directivos en empresas, ONG o asociaciones.
  • Intereses económicos en Chile o el extranjero.
  • Patrimonio de tu cónyuge y/o conviviente civil (en ciertos casos).
  • Ingresos, rentas y otros pasivos relevantes.

Toda esta información se debe declarar tanto al asumir un cargo, como de forma periódica y al dejar el puesto. 

Omitir datos o presentar declaraciones incompletas puede tener consecuencias serias.

¿Cómo se presenta la Declaración de Interés y Patrimonio?

El proceso es completamente en línea y se realiza a través del Sistema de Declaraciones de Intereses y Patrimonio.

Estos son los pasos generales:

  1. Accede al sistema con tu Clave Única.
  2. Completa el formulario electrónico con todos los datos requeridos.
  3. Firma y envía tu declaración antes del vencimiento del plazo.

¿Cuándo se debe presentar la Declaración de Interés y Patrimonio?

Hay tres momentos en que debes realizar la DIP:

  • Al inicio del cargo.
  • Anualmente durante el ejercicio del cargo.
  • Al término del cargo, como cierre del proceso.

La vigencia de cada declaración puede variar según el tipo de cargo y el organismo público. En caso de errores, el sistema permite ingresar correcciones mientras esté vigente el periodo de recepción.

¿Qué beneficios tiene cumplir con esta obligación?

Más allá del cumplimiento normativo, mantener tu DIP actualizada tiene beneficios concretos:

  • Refuerza tu reputación como persona seria y transparente.
  • Contribuye a una relación más transparente entre los funcionarios públicos y la ciudadanía.
  • Te permite evitar sanciones y problemas administrativos.
  • Demuestra tu compromiso con los principios de probidad, legalidad y buen uso de recursos públicos.

En resumen, declarar tus intereses y patrimonio no es solo un requerimiento legal. Es una forma de alinearte con estándares éticos cada vez más valorados por el Estado y por la sociedad.

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